Cambiar bañera por ducha en Gomecello

Es un poco como un choque de titanes. ¿Qué equipamiento deberías instalar en tu baño entre una ducha y una bañera ? Ciertamente los dos tienen sus ventajas, pero entre el corazón y la razón, es hora de ser razonables y llevar la cuenta. Aunque el agua cuesta poco a poco más y también su calefacción, que muchas veces nos quedamos sin tiempo y espacio, la ducha presenta serios razonamientos para convencernos de que la adoptemos. Acá hay una lista de las muchas ventajas de reemplazar su bañera por una ducha.

El espacio:

Sin embargo, hay algunos inconvenientes al instalar una bañera. En verdad, ¿quién dice que la bañera significa pérdida de espacio? Si tiene un baño de 5m2, no es necesario esperar poder instalar una bañera independiente. Por consiguiente, este criterio debe tenerse en cuenta si desea convertir su baño para una instalación de este género.

Consumo de agua:

La bañera nos impulsa a tomar baños prolongados con más frecuencia de lo que a veces permite nuestra economía. Por consiguiente, con una ducha, ahorrarás dinero, agua y tiempo. Sin mencionar que la instalación es en general más asequible.

Diseño y Comodidad:

Más compacta, una ducha puede caber fácilmente en un rincón de la habitación para amoldarse a su arquitectura. Pero asimismo se puede hacer aún más discreto, en una versión de ducha italiana donde su perfecta continuidad con el suelo es particularmente estética. La distribución de una ducha es más fácil de diseñar que la de una bañera, mas asimismo permite una mayor congruencia decorativa de la habitación (uniformidad de materiales, mejor integración visual). Finalmente, por su accesibilidad y facilidad de uso, una ducha deja ganar en comodidad. Y para aquellos a los que les gusta cuidarse en el baño , evidentemente es posible mudar un jacuzzi por una ducha de hidromasaje.

Seguridad:

En comparación con el punto precedente, tenemos la cuestión de la peligrosidad, por poner un ejemplo niños pequeños en bañeras demasiado profundas, o bien caños de bañera contra los que hay que pegar fuerte. Por no hablar de los tradicionales toboganes, muy frecuentes en bañeras viejas y gastadas.